La vajilla es una pieza muy apreciada de la casa. Lleva recuerdos, a menudo es cara y, sencillamente, es una pena que se rompa. Por eso, no la descuides en tu mudanza. Verás que con unos gestos muy rápidos, que no te quitarán tiempo del resto de los quehaceres del traslado a tu nuevo hogar, podrás llevarla sin problemas y desembalar intacta.
Sigue estos consejos y, ¡podrás estar tranquilo al llevar tu vajilla!
Además de que no es muy suave, a menudo la tinta del periódico puede manchar tu vajilla.
Aunque el plástico de burbujas también es una opción, el de embalaje es más flexible, fácil de conseguir y de adaptar a los objetos. Al arrugar el papel de embalaje creas unas cámaras de aire naturales que tienen el mismo efecto que el plástico de burbujas.
Procura que las cajas no sean muy grandes, así evitarás llevar mucho peso. Un tamaño medio ideal sería 40 x 40 x 40 cm. Usa cajas de cartón de calidad. Recomendamos las de doble ondulación interior, llamadas de canal doble.
La manera correcta de cerrarlas es pegar cinta adhesiva en varios tramos de las solapas y, al final, un trozo largo de cinta perpendicular a las primeras, a lo largo de la caja. Después, pon también cinta en los bordes de la caja, que son las partes más vulnerables.
Coloca también plástico de burbuja o papel de embalaje en el fondo de la caja y después introduce las piezas de vajilla envueltas individualmente.
Colócalos de forma vertical, uno apoyado en el otro. Así no se moverán en la caja. Rellena los lados con papel de embalaje y, al final, pon también en la parte superior.
Pon una esquina de papel de embalar dentro y después por fuera. Colócalas tumbadas, de manera retranqueada. Es decir, encajando unas con otras. Lo mejor es dejar el mínimo espacio libre posible y siempre rellenarlos con papel de embalar. Después, cubre la parte superior con papel de embalar.
Son la parte más sensible de la vajilla, déjalos para el final. Pon también papel de embalar dentro y después por fuera, como con los tazones. Finalmente, puedes embalar usando una cinta con las palabras «FRÁGIL» o escribirlas en la caja. Así, quienes te ayuden, tratarán con especial cuidado estas cajas.
Esperamos que, con estos consejos, tu vajilla llegue intacta a su destino. Debes de realizar con cuidado esta tarea, pero piensa que el sacrificio valdrá la pena, pues tendrás tu vajilla de siempre, ¡pero en un nuevo hogar! Disfrútalo.