En España, quizá más que en cualquier otro país, sentimos un vínculo emocional muy profundo con la casa que ocupamos. El mercado de la vivienda es predominantemente de compraventa y el alquiler se plantea casi siempre como una opción temporal. Existe por ello un stock de viviendas bastante reducido en arrendamiento y el español medio lo que quiere es ser dueño de su hogar.
No queremos entrar hoy a valorar las bondades de cada régimen de posesión pero sí nos vamos a centrar en las viviendas en propiedad. Queremos analizar precisamente ese vínculo emocional al que acabamos de hacer referencia, por el siguiente motivo; el amor que sentimos por las cuatro paredes que ocupamos a veces no nos permite comprender que ha llegado el momento de mudarse a una casa más grande.
Teniendo en cuenta los años que dura una hipoteca hoy día, es posible que lleves en tu casa muchos años. Quizá hasta te hayas criado en ella y que la hayas heredado de tus padres. Solamente por estos motivos, es posible que mudarse a una casa más grande ni siquiera sea una opción, bien sea porque estás muy unido a la actual, bien sea porque la posibilidad de marcharte es inconcebible; no podrías dejar atrás tantos recuerdos.
Ahora bien, mudarse a una casa más grande es a veces la única opción si lo que se pretende es mantener la calidad de vida que disfrutas. A continuación te detallamos cuáles son las señales o motivos que evidencian que mudarse a una casa más grande es la única alternativa.
Parece obvio pero a lo largo de la vida, tendemos a acumular objetos y enseres, hasta el punto de que no siempre tenemos espacio para todo ello. Si estás teniendo que recurrir a trasteros o almacenes para guardar lo que no te cabe en casa, quizá sea el momento de mudarse a una casa más grande.
Quizá fuiste hijo único y la casa familiar que has heredado era suficiente para ti. Quizá la casa que ocupabas con tu novio cuando empezaste a salir con él era suficiente para vosotros dos por aquel entonces. Ahora bien, si tu familia va a crecer, hay que pensar seriamente en la necesidad de mudarse a una casa más grande. Un bebé es una “personita” que ocupa un espacio mínimo pero necesita bastante espacio desde el primer momento y no olvidemos que los bebés, ¡crecen!
Mudarse a una casa más grande puede ser a veces un ejercicio puramente financiero. Imagina que en tu barrio, casas como la tuya escasean pero que son muy demandadas y que se venden por un alto precio. Es posible que debido a ello sea un muy buen momento para vender y que, vendiendo tu actual casa de 100m2, te sea posible comprar una casa de 150m2 en una zona muy parecida.
En este caso has de tener visión de futuro para comprender que aunque hoy no necesites 150m2, dentro de dos años quizá sí los necesites; si no vendes tu casa ahora, te será muy difícil hacerlo más adelante.
Mudarse a una casa más grande quizá no sea imperativo y que tengas espacio más que suficiente. Ahora bien, si dispones de más dinero, por la razón que sea, puede que quieras mudarte a la casa que siempre soñaste.
Es una tendencia cada vez más extendida en el mundo laboral; las telecomunicaciones han avanzado tanto que disponemos de Internet y teléfono desde cualquier parte y no siempre tiene sentido desplazarse todos los días a una oficina.
Si vas a trabajar desde casa, mudarse a una casa más grande puede ser necesario para que puedas montar un pequeño despacho u oficina en ella.
Dependiendo de dónde vivas, quizá quieras empezar a hacer más vida en el exterior pero sin necesariamente tener que salir de casa. Mudarse a una casa más grande puede ser la única opción, sobre todo si hoy día ocupas un apartamento o piso.
Si te lo puedes permitir, una casa adosada o chalet es ideal para empezar a practicar jardinería o incluso para cultivar un pequeño huerto ecológico. Puede que solamente quieras tomar el sol en la intimidad de tu casa. Mudarse a una casa más grande es la solución.
Ahora te toca a ti pensar, con la cabeza fría, si necesitas mudarte. Si la respuesta es afirmativa, ¡acuérdate de llamar a Mudanzas OCM!